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inapelable a la causa ha de ser
inapelables de sentido
las adivinaciones
que una extranjera dejó al pie de mi tímido recelo.
-.-
domingo, 24 de octubre de 2010
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Un mandala que hay que recorrer sin dialéctica, un laberinto donde las fórmulas pragmáticas no sirven más que para perderse.
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